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Testimonio de una voluntaria contra la explotación sexual
- 24/10/2019
- Publicado por: Diaconía Madrid
- Categoría: Actividades
El pasado mes de septiembre tuvimos el privilegio de contar con agentes expertos en la lucha contra la Trata en la Mesa de Experiencias que organizamos en conjunto con la Universidad Complutense de Madrid. Diferentes profesionales compartieron su experiencia en la lucha contra esta lacra social. Desde Diaconía Madrid hoy queremos compartir el testimonio más personal de Nicole, integrante de la Mesa de Experiencias y voluntaria en Proyecto Espejo de Diaconía.
El voluntariado es una pieza fundamental de los proyectos. No solo porque suplen carencias de los mismos, sino porque la persona voluntaria crece, se forma y edifica a través de la práctica. Compartimos el testimonio de Nicole y su visión de la práctica voluntaria, esperando que este sirva de ánimo y ayude a tomar impulso en el mundo del voluntariado
Como Nicole, tú también puedes beneficiarte del voluntariado. Súmate.
Esta primavera recibí un mensaje de una amiga informándome sobre el Proyecto Espejo que desarrolla Diaconía. Una iniciativa para rescatar a las mujeres de la esclavitud de la rata con fines de explotación sexual en España. Me sorprendí mucho cuando descubrí lo cerca que este proyecto se desarrollaba de mi nuevo hogar. Ante mí surgía una oportunidad de comprometerme y aportar. Las puertas estaban abiertas de par en par… Enseguida entendí que no fue una casualidad mi asistencia aquel foro en Chicago.
Hablé con mi familia y una amiga que también tenía interés en el asunto. Decidí empezar mi voluntariado en el recurso residencial del proyecto junto con mi amiga y también con mi hijo mayor. La verdad es que como entiendo muy bien el papel que tengo en el proyecto no me siento abrumada por la gravedad de la situación. No estoy para “resolver” sus problemas y ni para que me cuenten sus relatos personales. Mi labor como voluntaria es concreta y sencilla pero muy valiosa.
Mi labor es cuidar de las niñas y niños de las mujeres que están en la casa mientras ellas tienen que asistir a talleres, ir al médico, hacer gestiones… Me encanta estar con estos pequeños, ayudándoles a entender y aprender valores, pautas, normas y límites apropiados para su nueva vida. Pero lo que no me esperaba fue lo fácil que iba a ser para mi hijo, que tiene 18 años, formar una amistad preciosa con estas niñas y niños. El cariño de un hombre que no quiere sacar ningún provecho es algo insustituible para las mujeres y sus hijas e hijos especialmente en sus circunstancias.
Voy aprendiendo y tratando de hacer mi pequeña aportación contra una injusticia que destruye las vidas de personas preciosas. Yo no soy nadie especial, pero tengo ganas de luchar contra la injusticia que esté a mi alcance.
Un abrazo fuerte. Espero verte en la lucha a mi lado.
Nicole Preston
Voluntaria en el proyecto Espejo de Diaconía