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Un 1º de Mayo bajo la pandemia
- 30/04/2020
- Publicado por: Diaconía Madrid
- Categoría: Noticias
Desde nuestro contacto diario con las personas la acción social evangélica madrileña constatamos que hay cientos de miles de personas sin trabajo, que no tienen ningún tipo de ingreso, ni la posibilidad de encontrar trabajo en la situación actual. A estas personas, a las que la recuperación económica no había llegado, esta nueva y más profunda crisis, les ha sobrevenido en peores condiciones de vida y trabajo que antes de la crisis iniciada el 2008.
La crisis sociosanitaria, provocada por el COVID-19, está creando un nuevo perfil de pobreza en nuestra región. Por un lado, están las personas que trabajan en la economía informal, por ejemplo, en el servicio doméstico, que se han visto abocadas a interrumpir las actividades de las que obtenían ingresos. No van a ser despedidas, ni acogidas a un expediente de regulación temporal de empleo, ni van a recibir la prestación por desempleo, sino que han dejado de trabajar y cobrar.
Por otro lado, están aquellas personas con un empleo precario y/o familias monoparentales que tenían una economía de subsistencia (viviendo al día, con cierto nivel de endeudamiento y sin capacidad para generar ahorro), y que han sufrido ERTEs o el despido, y todavía no han recibido ninguna ayuda.
Además del hambre, cada día más presente en las cientos de solicitudes de ayuda que recibimos, tenemos el problemas de los alquileres y suministros que no se pagan, los casos de violencia de género, los estudiantes descolgados que dejarán de estudiar y las secuelas psicológicas de la pandemia, por mencionar sólo los más evidentes.
La pobreza que está provocando y ahondando la pandemia, a la que el sistema de servicios sociales tiene que dar respuesta urgente, pone de manifiesto las debilidades del modelo. No se está haciendo lo necesario, con la suficiente celeridad por su situación de desbordamiento. Su marco no está pensado para estos nuevos perfiles, porque requieren de un proceso burocrático largo, que en este momento es ineficiente y que les penaliza. Por esa razón, desde los servicios sociales, nos derivan personas hacia las entidades del tercer sector, como Diaconía Madrid y sus entidades miembro, que somos quienes tenemos la capacidad de llegar a los hogares de estas familias para ofrecerle ayuda de emergencia.
En este 1º de Mayo pedimos a nuestros dirigentes políticos que hagan a un lado sus intereses de partido y aprueben de forma urgencia una renta de emergencia, porque las personas tienen necesidades hoy. Que a través de las entidades sociales canalicen respuestas rápidas, prácticas y efectivas ante una crisis sin precedentes que nos exige a todos un esquema mental nuevo y un comportamiento diferente. Dejémonos de frases para sumar “me gusta” y hagamos cada uno nuestro trabajo con recursos y de forma coordinada para no dejar a nadie atrás, como ya está sucediendo, para no arrinconar los derechos sociales y la dignidad de las personas en esta frenética carrera contra la pandemia.